Árula (del latín, arula, plural, arulae, diminutivo de ara, "altar", "ara") es un pequeño altar[1] que puede ser transportable, utilizado mayoritariamente en la antigüedad grecolatina y helenística. Podía tener diferentes funciones: funerarias, votivas o de culto, principalmente en el ámbito doméstico,[2] por lo que son bastante habituales en villas romanas.
Los árulas, cuyo cuerpo central suele ser un paralelepípedo, con coronamientos y bases rectangulares, se realizaban principalmente en piedra o terracota,[2] pudiendo estar talladas, pintadas o ser anepígrafas. Por su portabilidad, podían ser transportable a diferentes estancias de las casas para poder realizar los rituales domésticos apropiados a cada devoción en particular.
Historia
Los primeros árulas conocidos datan del siglo VI a. C., procedentes de Corinto o de la Grecia Occidental.[3]
En la Península ibérica aparecen durante el Imperio romano entre los siglos I y II, desde la Bética, como en la villa de Los Torrejones (Yecla),[4] hasta Tarraco, donde se constatan desde el siglo II.[3]
También se han hallado un tipo especial de árulas con lucernas adosadas.[2]